En el capítulo de hoy respondo a una cuestión planteada por Dekkar en su podcast Deknet, en el que plantea su rechazo a los contenidos por suscripción en contraposición a crear nuestras propias bibliotecas de nuestra propiedad, con los contenidos que elegimos y no con los que nos sirven.
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chiro79 dice
Esa sensación de «estar vendido» con los diferentes proveedores bajo suscripción la he notado mucho últimamente.
Por ejemplo, Amazon me «dejó tirado» y retiraron de su catálogo Agente Carter cuando estaba por la mitad de la segunda temporada. Y luego están las temporadas a medias, como The Clone Wars en Netflix, que sólo tienen dos temporadas.
Desde hace un par de semanas he desempolvado mi proveedor de contenido multimedia bajo demanda de descarga permanente (tamibén llamado amule), mi HandBrake y mi Subler, y estoy bajando series y pelis que quiero conservar por tiempo, para tenerlas a buen recaudo y ordanaditas en iTunes.
Si tienes una peli, una serie o un disco de música a los que tengas un cariño especial, cómpratelo o bájatelo.
ihsanshade dice
Es una especie de verdad a medias, un presente distópico en el que antaño nos prometían disponer de todo, y la letra pequeña como siempre se colaba entre nuestras ilusiones.
Que no os confunda este principio de comentario (XD), estoy casi satisfecho con Netflix, más que nada porque tengo pocas oportunidades de ver series y por tanto, siempre tengo qué ver.
Por otro lado habilito Apple Music sólo 3 meses en verano, y hace pocos días que me terminó de desilusionar. Aparte de las búsquedas tan extrañas, o su manía de recomendarme música que no me interesa, estaba escuchando (por cuestiones que no vienen al caso) la BSO de Jesucristo Superstar, la de la peli del 73. Al día siguiente quise volver a escuchar una de las canciones para compararla con otra versión. Ya no estaba, y por supuesto todo el disco eliminado del historial de escucha. ¿En qué manos estamos que deciden si podemos o no volver a escuchar una simple canción? Esta podría ser una pregunta que nadie escuchara, pero ojo, es que estoy pagando. Además una suscripción familiar, 15 pavazos que repito, sólo pago en verano porque pagar CUALQUIER suscripción de música al precio que están me parece enormemente superfluo y caro de narices.
Esta, y los comportamientos similares de las plataformas de vídeo en streaming son las que me hacen no abandonar nunca mis otras fuentes de adquisición de medios digitales.
Un saludo.