Como inmigrante uno siempre siente la necesidad de volver a su tierra natal con tal de ver a sus seres queridos, disfrutar de la gastronomía o gozar del tiempo con el que ha crecido.
En este capítulo os narro mi vuelta a España, pero esta vez no con el fin de complacerme con las virtudes de mi patria sino para preparar la que va a ser mi última mudanza internacional.
Aunque no te voy a negar que como buen catalán intentaré buscar un hueco para reafirmar mis raíces catalanuflas yendo a buscar setas, comiendo calçots, fideuà y escudella con pa am tomaca o saliendo con mis amigos del instituto a manifestaciones independentistas o simplemente a hacer castells*.
¡¡¡Visca Catalunya collons!!!
Para pañales se agradece cualquier contribución aquí.
* Si ets català i t’has sentit ofès per aquest comentari es que no tens sentit de l’humor.