El viernes pasado fui al Lidl que me pilla justo en la rotonda donde abandono la carretera Bilbao- San Sebastian, bueno la N634, que es más larga y recorre todo el norte de España. Fui a pasar el código QR para los descuentos y para el pago con Lidl Pay de la compra y me di cuenta de que ya no había ventanita por donde meter con torpeza mi iPhone. De hecho ya no había metacrilato que separara al cajero de mi. Si en febrero fue primavera en El Corte Inglés, ya no hay pandemia en Lidl. Algo muy simbólico, viniendo de una tienda tan popular.