Un señor, identificado como nacido en 1904 y muerto en 1989, llamó el fin de semana a la policía local del municipio donde trabajo, quejándose de que su vecino le envía aire envenenado a su casa. Sus datos, tomados por una patrulla que se personó en el lugar, me hacen pensar si el ectoplasma quiere comunicar a las autoridades el motivo de su fallecimiento.