Bienvenidos al mundo de las viñetas.
Tras salir de la editorial Bruguera y no poder seguir dibujando a sus populares personajes, Ibáñez recala en Grijalbo para dar lustre a su revista «¡Guai!» con «Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo», las aventuras de tres jóvenes que se conocen en la cola del paro y que tratan de encontrar trabajo (o crearlo).
La propia revista duró poco tiempo y no alcanzó la popularidad de la competencia, pero Ibáñez tampoco acertó del todo al tratar de que sus personajes mostrasen la actualidad de los años 80, empezando por un lenguaje forzadamente «moderno».
Estos personajes tuvieron una vida efímera que no llegó al lustro debido a que finalmente Ibáñez recuperó la propiedad intelectual de Mortadelo, Rompetechos, Sacarino… de manera que hemos podido disfrutar de unas tres décadas más de su arte y sus sonrisas que estarán siempre con nosotros.