India ha decidido que, a partir del 18 de septimbre de este año, su nombre oficial será Bahrat. Y solicita al mundo que la denomine así. En castellano la grafía será «Barat» y el gentilicio «baratí». Y algún buen amigo se cabreó ostensiblemente en Twitter (a mi me pasaron captura, ya no la frecuento ni la tengo instalada en el iPhone). ¿Cuál es la alternativa a que el mundo y lo que contiene evolucionen? Lo antiguo, lo rancio, ese modo de pensar en que «cualquier tiempo pasado fue mejor». Condenar la evolución de las costumbres, de los países, de las personas, es negarse a envejecer dignamente. Es renunciar a hacerse mayor. Es, casi, anhelar la muerte, antes que ver cómo el mundo ya no es lo que era.