La noche de Nochevieja, una pequeña amalgama de libelos digitales de derecha radical y jóvenes del entorno de esa derecha radical y de la ultraderecha fascista, quemaron e insultaron a un muñeco colgado que representaba al presidente del Gobierno de España. Me pregunto si en un tiempo no estaremos con las manos en la cabeza lamentando una desgracia irremediable.