Capítulo 296 en el que voy a hablar de algunos flecos que me quedan por comentar de la presentación de los nuevos iPads. En la sección de productividad finaliza la serie de 5 capítulos en la que nos hemos centrado en cada uno de los básicos que deben componer un sistema productivo completo. Hoy hablaremos de cómo dominar el correo electrónico o, al menos, intentarlo.
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Esto es Weekly de Emilcar FM en su capítulo 296. Yo soy Emilcar y este es un podcast premium semanal para aquellos seguidores de Emilcar Daily que quieren más. Hoy es 10 de mayo de 2024 y en este capítulo voy a hablar de algunos flecos que me quedan por comentar de la presentación de los nuevos iPads. En la sección de productividad finalizo la serie de 5 capítulos en la que nos hemos centrado en cada uno de los básicos que deben componer un sistema productivo completo. Hoy hablaremos de cómo dominar el correo electrónico, o al menos intentarlo. Vamos a comenzar con el podcast de hoy pero antes quiero saludar al más reciente suscriptor de Weekly, Oscar. Espero que tu estancia aquí sea tan larga como beneficiosa y entretenida. También quiero mandar un saludo especial a otro suscriptor veterano que se pasa la suscripción anual, Alfonso. Muchas gracias. Y ahora sí, empezamos. Voy a dar un repaso a varias cosas con respecto a la presentación de los iPads que están por ahí dando vueltas y que de alguna forma complementan toda la información principal que tenemos sobre lo que ocurrió y que ya tenemos más asumida y que tenemos clara pues con la retransmisión que hice en su momento y con el daily que publiqué al día siguiente. Vamos a empezar no por orden de importancia sino por cualquier orden con un tuit de una cuenta que se llama Snazzy Labs que dice, Apple dijo inteligencia artificial seis veces durante la keynote de hoy. Dijeron 5G 58 veces durante la presentación del iPhone 12. 58. Y Verizon 5G cuatro veces. Este tuit me viene citado en mi timeline por Ángel Jiménez de Luis que dice, esto es fundamentalmente periodistas intentando crear una historia donde no la hay. Y no me gusta andar corrigiendo ni dando lecciones, pero difiero de lo que opina Ángel, que es un tío con mucha perspectiva, mucha más que yo seguramente. Pero aquí difiero de lo que dice. Quizá no está bien enfocado el tuit, pero sí es noticia que Apple dijera inteligencia artificial seis veces porque lleva un año y medio. ¿Cuánto tiempo llevamos con este rollo de la inteligencia artificial machacándonos continuamente? ¿Un año? ¿Un año y medio? Posiblemente. Apple lleva todo este tiempo esquivando ese término con desesperación y casi con, digamos, no encontraría la palabra. Vamos a ver si sigo hablando y me viene la palabra a la cabeza. ¿Por qué? Porque en todo este tiempo en el que un montón de empresas se lanzaban en esa carrera sobre la inteligencia artificial, etcétera, Apple ha estado dedicada a otra cosa. Apple ha estado dedicada a la computación espacial de la Vision Pro. Esa es la realidad. Es decir, todo el tiempo que las demás empresas se esforzaban por crear su chat GPT, cada vez aparecían más y más herramientas vinculadas con la inteligencia artificial y esto y lo otro incorporado al correo electrónico, incorporado a aquello esto y ahora Canva y ahora Notion. Todo ese tiempo es el tiempo que ha pasado desde que Apple anuncia las Vision Pro y finalmente las pone a la venta. Estaban en otra batalla por completo. Y yo comentaba en los podcast. ¿Esto te puede salir bien o te puede salir mal? Evidentemente lo mismo. La inteligencia artificial no es la siguiente gran cosa y sí lo es la computación espacial. Recordaba yo mucho una reunión que tuvo Steve Jobs con la gente de Dropbox. Steve Jobs quiso comprar Dropbox para que se convirtiera en la solución de almacenamiento de iCloud, en vez de desarrollar su propia función. Y los de Dropbox le dijeron que no, que no estaban interesados en la operación. Y Steve Jobs les dijo, no obstante, podemos hablar. Sí, sí, vamos a quedar y hablamos de la vida. Y Steve Jobs les dijo en ese momento que lo que ellos tenían no era un producto, que era una característica. A mí me ha dado la sensación durante este año o año y medio que Apple ha pensado eso de inteligencia artificial, que no era un producto en sí, sino una característica. Lo que pasa es que por lo que sea puede resultar que no es la gran cosa. Yo he criticado siempre mucho cómo nos han querido vender la inteligencia artificial. No, esto lo cambia todo. El mañana ya nunca será igual. Y yo siempre digo la misma frase, subestimamos los cambios, sobreestimamos los cambios a largo plazo y subestimamos mucho los cambios a corto plazo. Las cosas no van a producir un cambio global tan absoluto como lo pensamos, pero sí que nos van a cambiar unas cosas domésticas, cosas pequeñitas y nos las van a cambiar ya. Entonces yo creo que Apple en su momento pensó efectivamente que la inteligencia artificial era una característica más. Y ha estado usando el aforismo Machine Learning. Durante mucho tiempo, incluso antes de que supiéramos de la inteligencia artificial en productos que pueden estar en el día a día, Apple ya hablaba de Machine Learning y ha estado subrayando siempre lo de Machine Learning. Incluso se han escrito artículos para decir por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo. O sea, por qué Machine Learning y no inteligencia artificial. Explicando que claro que es que el proceso se produce en el propio iPhone, etc. Y ahora lo que conocemos es que Apple se está currando un montón de modelos, incluso intentando llegar a acuerdos con otras empresas, para procurar hacer todo ese trabajo de los modelos de lenguaje que ya estamos conociendo, que se hace y que funciona. Intentar ver la forma de que la inmensa mayor parte de eso o el día a día o lo más habitual, lo más corriente, se haga dentro del propio iPhone. Es decir, que están en esa carrera. Pero sí es cierto que es la primera vez que escuchamos a Apple decir inteligencia artificial en una keynote. Sean seis o sean diez o sean quince. Yo creo que sí es noticia. Sí es noticia esto. Por cierto, lo de Dropbox con la gente de Steve Jobs, con la gente de Dropbox, acabó en amor. Acabó en amor hasta el punto de que los dos fundadores de Dropbox, con los que Steve Jobs se entrevistó para ver si les compraba la historia, fueron de la poca gente del negocio, de la poca gente del mundo de la tecnología, que estuvo invitada al funeral privado de Steve Jobs. Es decir, que aquella relación a priori comercial, luego de consejo, pues acabó en una relación de amistad hasta ese punto. Entonces, insisto, no vengo yo aquí a decir que a Ángel le tengo un respeto brutal, pero yo creo que sí, que esto es sí es noticia. Sí es noticia porque nos puede mostrar un cambio de perspectiva y yo creo que esto es un ahora toca. O sea, yo he estado con la computación espacial, ahora ya tengo tiempo para dedicarle a esto y ahora sí le puedo llamar inteligencia artificial. No es la primera vez que Apple usa sus terfugios. En la historia de Apple hay un montón de ejemplos de que le han llamado al hardware y al software de forma distinta que todos los demás, simplemente para evitar comparaciones, para destacar en marketing y para distintas historias. Y eso puede estar bien, pero también hay momentos en los que agota porque piensas que te toman por gilipuertas. Y claro, no nos gusta que las empresas nos tomen por gilipuertas, sobre todo empresas a las que le damos el dinero siempre en unidades de mil dólares hacia arriba. O sea, tú cualquier cosa que le compras a Apple es un mil o dos mil. O sea, que encima me tome por tonto pues me hace poca gracia. Más cosas. Vidal Pascual, querido amigo, compañero podcaster y suscriptor de Weekly, pone el tío un mensaje mastodón diciendo esto le va a encantar a Emilcar. Ahora hay cuatro Apple Pencil en la gama y todos se pueden comprar. Y claro, ¿cómo reacciono yo a esto? ¿Reacciono con furia? ¿Reacciono con odio? ¿Maldigo a los dioses? Porque para mí me resulta muy fácil y más conforme me hago más mayor el desatar al anciano cascarrabias que siempre ha vivido en mí. Y es muy divertido para la mayoría de vosotros. Pero vamos a ver qué ocurre aquí con esto. Claro, el tema está en que sí, pues hay cuatro Apple Pencil. Esto es así. Es decir, Apple Pencil original de primera generación que vive continuamente pegado en el lateral de mi monitor. No sale de ahí porque no los uso. Luego viene el Apple Pencil USB-C, llamado así por Apple, el Apple Pencil de segunda generación y el Apple Pencil que nos han presentado ahora, que es el Apple Pencil Pro. Entonces, bueno, pues Apple en su página web tiene una tablita, una imagen, que además es la que comparte Jacobo en su mensaje de mastodón, donde nos trata de enseñar de forma muy gráfica para qué vale cada Apple Pencil, qué es lo que hace. El tema está, ¿por qué están todos a la venta? ¿Por qué las micro diferencias de precio? O sea, ¿por qué el Apple Pencil de primera generación no es todavía más barato de lo que es? ¿Y por qué hay cuatro? ¿Qué está pasando aquí? Bueno, pues para discernir todo esto hay que irse a la página web de Apple, donde empiezas a entender un montón de cosas y, como dicen en las películas de thriller, de tramas geopolíticos, sigue la pista del dinero. Es decir, al final, si tú sigues la pista del dinero, todo se explica. Entonces, digamos, la respuesta a una de estas preguntas, ¿por qué el Apple Pencil Pro cuesta 149, el Apple Pencil de segunda generación cuesta 149, cuando el Pro es mucho más capaz? ¿Por qué el Apple Pencil USB-C cuesta 89 y por qué el Apple Pencil de primera generación cuesta 119 euros? ¿Qué es lo que está ocurriendo aquí? Bueno, pues es muy sencillo. El tema está en que estos Apple Pencil son distintos entre sí, esto está claro. La diferencia de precio entre el de primera generación y el llamado USB-C de 89 a 119, que parecería mucha pasta cuando se supone que el USB-C es nuevo y es mejor, es porque el USB-C no tiene sensibilidad a la presión y el de primera generación sí lo tiene. Luego el USB-C tiene un par de cosas, como es el acople magnético y que es compatible con el puntero flotante, no necesitas pegarlo a la pantalla de un modelo compatible para que el Apple Pencil pueda funcionar y hacer y seleccionar y hacer cosas. Pero aquí la clave, en cuanto a pasta, está en la sensibilidad a la presión. El USB-C no la tiene, con lo cual cuesta 89 y cuesta 119 el otro, el Apple Pencil de primera generación. Pero es que hay otra cosa más interesante todavía y es que hay iPads vigentes, hay iPads con soporte por parte de Apple que reciben actualizaciones de iPadOS que son compatibles con todos estos Apple Pencil. Entonces tú no puedes decir, por ejemplo, a mí que tengo un iPad Pro de 10,5 pulgadas y que todavía recibo actualizaciones de iPadOS, yo no puedo ir a un Apple Store y tú decirme que no tienes Apple Pencil para mí, que mi Apple Pencil está discontinuado. Tú tienes que discontinuar mi Apple Pencil cuando discontinúes mi iPad. Y este es el motivo, que además está bien, y si no estarían incumpliendo seguramente un quintal métrico de legislación internacional, este es el motivo por el cual están todos a la venta. Tienen una web, bueno yo he dicho que mi primera generación está aquí pegado en el lateral del monitor, mi segundo de primera generación, porque yo cuando me compré el iPad Pro, me compré mi Apple Pencil y tal, no lo usaba mucho pero por ahí lo tenía y alguien en un momento dado en la oficina me lo robó. No sé si me lo robó, si lo llevo por error o qué pasó, pero me lo robó. Y yo en ese momento dije, ¿lo uso mucho? No. ¿Lo uso? Lo uso algo, pero ¿lo uso mucho? No. Pero claro, si no lo tengo sí que no lo voy a usar y me compré otro. Me compré otro y lo seguí usando lo mismo, que es muy poco o nada. Ese es mi Apple Pencil. Y luego Rocío, que tiene un iPad Mini de sexta generación, le regalamos un Apple Pencil de segunda generación pensando en que eso la podía estimular a usar el Apple Pencil para tomar notas escritas. Y no lo ha hecho. Y el Apple Pencil de segunda generación pues está aquí. Lo tengo yo aquí al lado. Yo creo que no lo ha llegado a usar nunca. No digo que esto sea la historia de todos los Apple Pencil. Yo digo que es lo que pasa en mi casa. Es cierto que Rocío en el iPad Mini lo usa solo para consumo de contenidos exclusivamente, para ver series, para ver películas. No lo usa absolutamente para ninguna otra cosa. Hubo un tiempo en que ella sí intentó, no este iPad Mini, sino el anterior que tenía de cuarta generación, sí quiso darle un uso profesional. Recuerdo además que por su cumpleaños le regalé un teclado Logitech muy chulo, porque Logitech hace teclados muy buenos para el iPad. Ella entonces no tenía portátil, solo tenía el Mac de sobremesa, y estuvo usando mucho tiempo el iPad Mini de cuarta generación con el teclado de Logitech para subir para arriba, para ir para abajo, para determinados contextos. Lo usaba un montón, claro. Era o eso, o seguir usando el iPhone y empezó a usarlo mucho. ¿Qué es lo que pasa? Se me fue a un curso en el colegio de abogados y no me preguntes cómo ni por qué, estando allí, le quitó al iPad la funda y allí se quedó el teclado y voló, por supuesto. Y ahí acabó toda la experiencia, porque no mucho tiempo después le compré su primer MacBook Air y a partir de ahí ya no necesitó plantearse si usar o no el iPad como un producto de uso profesional. Bueno, Apple tiene una página web. Evidentemente, cuando tú llegas aquí a la página de comprar Apple Pencil, te salen los cuatro Apple Pencil con botones de comprar y debajo el modelo con los modelos con los que son compatibles. Y luego a continuación tienes el listado de todos los Apple Pencil con las prestaciones que tienen los Apple Pencil y checks. Vale, pues tienen un sitio que es todavía mejor y es donde tú le dices qué princesa Disney eres. No, vale. Es donde tú le dices qué iPad tienes. Entonces seleccionas el iPad que tienes y a continuación ellos te dicen qué Apple Pencil puedes usar. Y la cosa tiene su lógica. Entonces, si tu iPad es compatible con un Apple Pencil de primera generación, ahí se queda. No es compatible con nada más en este mundo. Ahora, si tu iPad es compatible con un Apple Pencil de segunda generación, también es compatible con un Apple Pencil USB-C, que es más barato. Tiene menos prestaciones. ¿De acuerdo? Recordamos, en este caso el Apple Pencil de segunda generación costaría 149 euros. El Apple Pencil USB-C costaría sólo 89 euros. ¿Y qué es lo que estarías perdiendo? Pues una vez más la sensibilidad a la presión y también el enlace y carga sin cables. Y también perderías el doble toque para cambiar herramienta. ¿De acuerdo? Esas son las cosas que perderías, pero si tú no vas a hacer un uso del Apple Pencil excesivamente profesional y tienes uno de estos dispositivos compatibles, pues puedes usar el USB-C sin ningún problema. Y luego, si tu iPad es compatible con USB-C, también es compatible con iPad Pro, pero no se enlaza con la anterior. Es decir, no funciona con mi iPad es compatible con el de segunda generación, por tanto también es compatible con el USB-C. No. Si tu iPad nativamente es compatible con Apple Pencil USB-C, también es compatible con el Apple Pencil Pro. Aquí la historia viene con que el Apple Pencil Pro sólo es compatible con los últimos Apple Pencil. Entonces hay un montón de gente que está poniendo el grito en el cielo. ¿Por qué? Pues porque quieren esas cosas. Quieren esas cosas que trae el nuevo Apple Pencil Pro. Quieren la rotación, quieren el gesto de apretar, quieren la respuesta áptica y sobre todo, por el amor de Dios, quieren que sea compatible con la aplicación Buscar. Porque a esto salva vidas y ahorra dinero. ¿Y por qué no es compatible? Porque el negocio de Apple no es hacerte a ti fácil la vida. El negocio de Apple es vender muchas cosas todo el rato muy caras. ¿No es que hay un motivo técnico? No me lo creo mucho. Quiero decir, un iPad Air de 11 pulgadas con procesador M.2 es primo hermano de las versiones anteriores. De hecho, ese iPad Air M.2 nuevo, tanto el de 11 como el de 12 pulgadas, es compatible con el Apple Pencil USB-C. Entonces, ¿por qué no permitimos a otros equipos que son compatibles con ese Apple Pencil USB-C, como los iPad Pro que estaban a la venta antes de ayer? ¿Por qué no les permitimos también que sean compatibles con Apple Pencil Pro? Dirías tú, claro, es que es jolín, porque así Apple podría vender muchos Apple Pencil Pro. Es que Apple no quiere vender Apple Pencil Pro. Apple lo que quiere es que tú te compres el iPad Pro de este año. Eso es lo que quiere. Entonces, pues yo pienso que esta falta de retrocompatibilidad es simplemente por motivos comerciales. Para que compres. Y ya está. Así es que no hay que darle más vueltas. Es así. Yo estoy ahora poco enfadado con esto porque no me toca de cerca. Pero es que es para enfadarse. Y yo lo entiendo mucho. Pero es que hay más usuarios más enfadados con incompatibilidad a los nuevos accesorios. Es decir, tú tienes el, voy a toser, tienes el iPad Pro anterior, el que había a la venta la semana pasada. Y dices tú, pues mira, aun con esto y con eso me quiero comprar el nuevo. No, escúchame. Tienes el iPad Pro, perdón, no el de la generación anterior, el otro todavía. Bueno, pues, te quieres comprar el nuevo y resulta que tu teclado, tu Magic Keyboard que se lo has comprado a Apple, no lo puedes usar en el nuevo iPad Pro. Si tú te vas al nuevo iPad Pro, tienes que usar el nuevo Magic Keyboard. Pero oiga, ¿esto por qué? Que el nuevo Magic Keyboard es maravilloso, sí, que tiene una línea más y el trapa, no sé cuántos están. Pero es que estamos hablando de un accesorio que vale 350 euros. Un accesorio que no voy a decir que vale como un, ahora vale un iPad de décima generación, pero ha habido iPads por ese precio a la venta. Y entonces me estás diciendo que si yo venga, me animo, ¿vale? Es decir, te voy a comprar otra vez el camelo de con este iPad sí que sí, que veremos a ver el sistema operativo. Me voy a tragar otra vez toda esa basura de marketing. Y encima me dices que no puedo seguir usando mi teclado, te tengo que comprar otra vez a ti el otro teclado. Más pasta, en serio. Más dinero. Pero más dinero no solo con el teclado, sino también con el Apple Pencil. Es decir, el nuevo iPad Pro solo es compatible con el Apple Pencil Pro. ¿Eso es así? No, me he equivocado. Es compatible también con el de USB-C. Vale, perdón, ahí he patinado. Pero con el teclado sí es así. Entonces, claro, hay mucha gente muy enfadada. En el tema de accesorios y de Apple Pencil y de teclado, los enfados se te cruzan por todas partes. Y es pues, digamos, yo diría que es un, no sé si decirlo virtud, pero desde luego hay que tener las cosas muy bien puestas y hacer las cosas así para ser capaz de enfadar a tanta gente con un único movimiento. Luego ya hay otros aspectos más sutiles y digo más sutiles porque están menos a la vista. Como por ejemplo, solo los modelos de más alta capacidad tienen más RAM. El uso de la RAM en dispositivos IOS es una cosa medio oscura, que está por ahí medio tapada. Esto solo es café para los muy cafeteros. Pero esto es así. Y bueno, todo. todas las combinaciones posibles que te puedas hacer de, venga, voy a probar con esto, al final derivan en que te gastas un montón de pasta. Estaba escuchando a Víctor Correal en No es asunto vuestro, que tal y como él ya había anunciado, quería darle una nueva oportunidad al iPad, en este caso para que fuera el único dispositivo de trabajo en su casa, donde él entiende que para lo que él trabaja en su casa le tiene que bastar un iPad, y se ha ido un iPad Pro. Yo tal como lo he planteado él me hubiera ido a Honor, pero él se ha ido a un Pro. Y ha empezado a echarle cosas, y claro, se le ha ido el tema a 1.600 pavos. Yo ya hacía estas combinaciones en el Daily de otro día. Tú haces todo esto y luego te vas a la tienda del MacBook Air y miras los precios y dices, pues a lo mejor no tiene pantalla OLED, pero ¿qué estoy haciendo con mi vida? Estos dispositivos son para muy conversos. Para auténticos believers de los iPads y de iPadOS como está ahora mismo y de la forma de trabajar con el iPad y todo ese tipo de cosas que tiene muchas satisfacciones. Mira, si yo lo entiendo, yo por ejemplo, de mi iPad de 10.5 pulgadas, que sigue todavía en Spider System cambiándole la batería, y hay muchas ocasiones que venga lo he cargado y me he salido al patio con el teclado y es una maravilla. El tamañito de la pantalla, exactamente la relación del largo del ancho, el tamañito de la fuente tipográfica, el teclado. Es que son muchas cosas, son muchos pequeños detalles porque Apple vive de esto, de los pequeños detalles. Y tú trabajas con el iPad y quedas encantado. O sea, he estado aquí un rato escribiendo con Obsidian y qué maravilla. Se escribirá bien con Obsidian en mi MacBook Pro de 16 pulgadas con su pantallón o incluso aquí sentado en la mesa conectado al monitor LG 4K. Dejaré de escribir bien en Obsidian. Sí, pero hacerlo ahí en el iPad pues tiene un no sé qué, que qué sé yo. Claro, si es que esta gente se dedica a eso. Pero ya llega un punto en el que empiezas a no entender algunas cosas. Y como se dedican a esto, como se dedican a estos detalles, pues han querido, digamos, hacer algunas cosas más dulces. Y es que el Apple Pencil Pro viene en cinco cajas distintas. Viene en cinco cajas distintas, en una caja así planita y tal. Y todas las cajas, en la pantalla, en la caja, o sea, en todas las cajas, en la portada de la caja, lo único que pone es Pro, la palabra Pro. Y entrelazada entre esas tres letras aparece una imagen del Apple Pencil que te estás comprando. Y cada una de esas palabras Pro está escrita con un trazo distinto. Una letra más clásica, una letra más no sé qué, una letra más no sé cuá. Y la cosa es que no sabes. Esto es como aquello de… Es que no he visto la peli esta de Tom Hanks. ¿Cómo se llamaba? No me acuerdo. Esta que hace de un tipo con capacidades extraordinarias, pero con cierta discapacidad. No me acuerdo el nombre. Disculpadme. Diré ¿cómo no te acuerdas? Vale, pero no me acuerdo. Que decía que la vida es como una caja de bombones, ¿no? Que no sabes lo que te va a tocar hasta que no lo abres. Me sale Tom Hanks. No sé el nombre. ¿Cómo puedo ser tan idiota? De no acordarme de esa película que es súper famosa y se llevó Oscar y de todo. Forrest Gump. Madre mía. La vejez. Esto es la vejez, queridos y queridas. Bueno, pues que las cinco cajas del Apple Pencil Pro son como la caja de bombones de Forrest Gump. Que tú te compras un Apple Pencil y tú no sabes qué caja te viene. No sé si esto entienda cómo lo harán. No sé si la gente preferirá unas cajas a otras, pero esto es lo que lo que hay. Y luego, por otro lado, también en este apartado de frusilerías tenemos una mala noticia y es adiós a las pegatinas. ¿Para siempre? No lo sabemos. Ya dije en el Daily, creo que fue, que los iPads en Europa vienen sin cargador. Hay otros mercados, pero en Europa vienen sin cargador. Y que esto había que tenerlo también en cuenta a la hora de hacer nuestros cálculos y comparativas sobre si el precio ha subido o ha bajado o es medio pensionista. Pero hay otra cosa que es para todo el mundo y es que las pegatinas de Apple, que suele venir con cada producto de Apple, ya no vienen con los iPads Pro. Parece ser que Apple ha distribuido una comunicación a los empleados de tienda explicando que quieren ser más ecológicos más que nunca y que están tratando de eliminar mucho plástico en general y que las pegatinas, pues que son un quilombo y que están empezando a no incluirlas con los productos. Si venían en los MacBook Air M3, aunque ya en el Vision Pro no venían y ahora los nuevos iPads no vienen tampoco. Parece ser que si tú te compras un iPad y pides pegatinas en la tienda, te las van a dar. Las tienen por ahí a mano, pero ya no viene incluido en la caja. Los distribuidores, es decir, distribuidores oficiales, aquí en España por ejemplo el Corte Inglés, Fnac, lo que sea, no van a tener pegatinas. En no sé qué sitio he leído que si las pides por correo también te las mandan. Pero no sé yo si Apple lo va a hacer eso en todos los países o en todos los mercados o solo en Estados Unidos. Y esto de las pegatinas, pues es una pequeña pena. He leído muchos comentarios en redes sociales de mucha gente que decía que yo jamás he usado estas pegatinas, no sé qué, no sé cuántas, pero ¿qué hago con ellas? Y yo recuerdo el origen de esto. El origen de las pegatinas era básicamente, o así se me explicó a mí cuando yo entré en el mundo Apple, era para ponerlas en el coche y era uno de los distintivos, uno de los guiños que tú le hacías a la gente para decir, eh, que yo soy de los tuyos, que yo soy de la comunidad, que yo tengo un Mac. Y claro, tú veías un coche con una pegatina de manzana y enloquecías. Enloquecías porque eras tres y medio y tú y tu colega el gallo. Claro, los tiempos han cambiado y pegatinas de Apple han ido en un montón de productos. iPhones se han vendido como rosquillas y alguien que ha encontrado una pegatina en su iPhone se la ha puesto en su coche. Y no hablábamos de eso, es decir, era la comunidad del Mac la que realmente se sentía identificada cuando veía una pegatina de una manzana en alguna parte. Apple además ha hecho cosas muy locas con las pegatinas que han pasado desapercibidos. Yo me di cuenta, me di cuenta muy tarde porque ya llega un momento, efectivamente, en el que tú no le haces cuenta a las pegatinas. O sea, que las pegatinas van en ese pequeño papel o en esa pequeña cajita donde a veces hay algunas instrucciones y es una cosa que a lo mejor ni siquiera llegas a sacar de la caja del producto, se queda ahí forever. Y yo me di cuenta en un momento dado con el Mac Booker de Rocío, que era rosa, el que ahora tiene Isabel, me di cuenta que las pegatinas eran rosas. Es decir, la pegatina de Apple, de la manzana, siempre había sido blanca y de pronto examinando la caja, o no me acuerdo, creo que hice un podcast sobre el tema, me di cuenta que las pegatinas eran rosas. Y claro, porque desde entonces he perseguido las pegatinas. Y claro, cuando te compras un producto Spatial Grey o Black Grey o como lo quieras llamar, las pegatinas son negras y eso está chulísimo. Lo que pasa es que si tengo que coincidir con lo que dice la gente de que no les dan mucho uso. Yo, por ejemplo, tengo pegatinas de Apple en mis dos coches, pegatinas blancas. En el coche grande, en el rojo, tengo una pegatina blanca puesta en el portón y en el eléctrico, como es blanco, en el momento en el que yo me lo compré no me había dado cuenta del tema de los colores de las pegatinas, pero yo creo que ya tendría alguna pegatina negra. Entonces tengo una pegatina blanca, pero en vez de tenerla en la chapa del portón, la tengo puesta en el cristal de atrás, que es negro y se ve perfectamente. Y más allá de eso, ¿dónde las pongo? Es que no tengo… No solo poner pegatinas en sitios, ponerlas en un portátil, en la tapa del portátil. Hubo un momento en el que sí, en el que yo lo hacía. Estuve escribiendo en la newsletter que había quitado todas las pegatinas de mi MacBook Air y tal, pero no pongo una pegatina de Apple en la parte de atrás de la tapa del portátil, porque ya hay una manzana ahí. Bueno, al menos yo lo veo así. Entonces, bueno, pues sí, efectivamente es una cosa que estaba ahí. No sé si contaminará más o menos. Es decir, no sé el gesto cómo de grandilocuente es por parte de Apple, pero la realidad es que ya no viene ni que solo nos acordábamos de Santa Bárbara cuando cuando truena. Yo, pues como mucha gente, tengo un montón de pegatinas de todos los productos de Apple que se compran en esta casa. Suficientes pegatinas para que si en algún momento nos compramos un Tesla, tener varias y de varios colores para elegir cuál ponemos. Como vimos en esta sección, en el capítulo anterior, en el podcast pasado, hay una relación ahora mismo casi indisoluble entre la ejecución de tareas y el correo electrónico. Y esto supone un problema que hay que tratar de bajar. En esta sesión voy a tratar de solucionar, de darte una solución definitiva al correo electrónico, a una vía de comunicación que venía a revolucionar nuestro mundo, pero que nos está abocando a la extinción como especie. La gestión del correo electrónico es un problema para todo el mundo, para todos los trabajadores que en algún momento de su jornada laboral tienen que pasar por su ordenador, por su escritorio, para todos aquellos relacionados con procesar datos e información, gestión de recursos intangibles… En resumen, un gran porcentaje de la población activa. Es evidente que un conductor de transporte público no va a tener problemas para gestionar el email del trabajo. Y bueno, creo que con este ejemplo ya basta para saber a qué tipo de trabajadores nos estamos refiriendo. El problema del correo electrónico es muy similar al problema que tenemos con la organización de las tareas, es decir, con cómo trabajamos, con nuestro trabajo en general. Imagina una situación en la que finalizas los estudios y entras a trabajar en una empresa. Te asignan tus cometidos y a trabajar. Pero nadie te dice, ni te ha dicho nunca en tu vida, cómo debes organizarte el trabajo. No este en concreto, este que acabas de tener en la empresa, sino tu trabajo en general. Has podido sobrevivir a tu fase de estudios. A lo mejor todos tus amigos te han dicho siempre, es que fulanito, fulanita es muy organizado. Algo que es en realidad simplemente una extensión más de tu personalidad. Pero nadie te ha explicado nada de cosas que hemos visto en la sesión anterior y en otros podcast sobre el inbox, las tareas, las revisiones, todo este tipo de cosas. Y ahora todo esto, digamos, se aplica al trabajo, donde hay una mayor presión y una mayor responsabilidad. Bueno, pues lo mismo pasa con el email. Mis hijos tienen una cuenta de correo electrónico de Google desde que comenzaron primaria. Google tiene un acuerdo con educación aquí en Murcia y crean cuentas para todos los niños automáticamente, cuentas que están relacionadas con cuentas de Google, con acceso a Classroom y todo eso. Nadie en el colegio les ha explicado cómo gestionar ese correo electrónico del trabajo, ni siquiera cómo usarlo. Las cosas más básicas. Nos lo han visto un poco en algunas clases allí, pero no tienen un conocimiento extenso de eso. ¿Qué es lo que pasa? Pues llevan con esto desde pequeños y existe la esperanza de que acaben dominándolo por ciencias infusas. Pero ya te digo yo que eso no va a ocurrir. El principal problema del correo electrónico es que es una fuente permanente de distracción. No ya de otras cosas, sino que también nos distrae de sí mismo. Me explico, vas a tu email para buscar ese correo que has visto que entraba esta mañana, que has leído a medias y ahora que tienes un poco más de tiempo lo quieres leerlo del todo y responderlo. Pero cuando entras, hay nueve correos más que han llegado en ese momento. Te pones a mirarlos. Los marroneas. Respondes alguno. Haces clic en un par de enlaces. Han pasado 35 minutos y no has hecho aquello que ibas a hacer. No te digo yo ya si se te ocurre tener la aplicación de correo abierta y con notificaciones activadas mientras estás trabajando, mientras estás haciendo otras cosas. O sea, no haces nada en tu vida. Así que vamos a dar el primer paso para evitar las distracciones que supone el correo electrónico. Y ese primer paso es desactivar las notificaciones tanto en escritorio como en el móvil y desactivar ese globito que te dice cuántos emails tienes sin leer. En la sesión anterior me mostré en contra del uso por la general de los vencimientos en las tareas. Nosotros tenemos que ser capaces de elegir cuando hacemos cada cosa. Y lo mismo pasa con el correo electrónico. Siempre vas a tener emails nuevos. Siempre. Tú no necesitas que te avisen de que tienes un nuevo email. Casi en cada momento que entras a tu correo electrónico vas a tener emails nuevos, pero tú decides cuándo entras a mirarlo. No estás continuamente reaccionando a las notificaciones. ¿Vale? Porque es que entonces no haces otra cosa. Este primer paso, además, desactivar todas las notificaciones, lleva a otro implícito, como digo, y es que no tenemos siempre abierto el correo electrónico en el ordenador. Porque aunque desactives las notificaciones, esa ventana está ahí y en algún momento de paso la vas a ver y vas a ver un email nuevo que ha entrado. No. Solo abrimos la aplicación de correo electrónico cuando decidimos ir a ver qué hay. Esto es un poco radical, pero es imprescindible para sobrevivir al uso del correo electrónico. Que al igual que nosotros decidimos cuándo ejecutamos una tarea, nosotros decidimos cuándo entramos a mirar el correo electrónico. Y aquí ya tú estableces los parámetros que te tienes que establecer en función de cómo realmente sea tu uso del correo electrónico en el trabajo. Si tienes una relación laboral con el correo electrónico relajada, pues lo mismo lo puedes ver al llegar por la mañana y a última hora o a media mañana. Si el correo electrónico es una fuente más activa de información, de conocimiento, algo que tú realmente tienes que estar chequeando, pues te pones más ítems. Pero no estás todo el rato. O sea, eso de que de pronto te llama y te dice, oye, es que te acabo de enviar un correo y no me respondes. Hay que educar a la gente a que el correo electrónico es un medio de comunicación asíncrono. Tú me escribes cuando quieres y yo te respondo cuando puedo. Eso de que te acabo de enviar un correo, pero es que estamos locos. No, eso no funciona así. Y tenemos que educarnos a nosotros mismos en eso y tenemos que educar a los demás. Es decir, la gente no puede esperar una respuesta inmediata a los correos electrónicos. No podemos enseñarles, educarles en eso. Y luego hablaremos de un método para que esto no solo funcione por una programación nuestra, sino que sea una cosa que hagamos a casico hecho. El siguiente paso que vamos a dar es todavía más agresivo, pero es increíblemente necesario. Ya he hablado de él en pasadas sesiones y hoy lo vamos a abordar definitivamente. Y para ver que es necesario, te voy a pedir que hagas una reflexión. No es el caso de los oyentes de Weekly, que sois usuarios avanzados de muchas cosas, pero lo más normal es que cualquier persona abra su correo electrónico y tenga un montón de emails sin leer, pero no que acaban de llegar. Estoy hablando de emails sin leer de hace meses. Estoy hablando de buzones con un indicador de cuatrocientos mil dos mil emails sin leer. Y aparte, todos los emails del mundo en el inbox. Y ahora que cada uno de estos se lo aplique en una u otra medida. Alguno dirá, esto es imposible. ¿Cómo vas a tener mil emails sin leer? Pues muy sencillo. Tú piensa que cada día a lo mejor puede recibir entre 20 y 30 emails. Muchos de esos son emails comerciales. Hay gente que los ve, que ve el email y no le hace clic para leerlo porque no le interesa, pero es que tampoco lo borra. Lo deja ahí. Entonces se van acumulando los emails sin leer. Y el indicador de emails sin leer pierde todo su sentido. Yo he visto indicadores de diez mil. ¿Para qué te vale eso? Evidentemente llega un momento en que no le haces caso. Pero yo he dicho antes, hay que desactivar las notificaciones. No, no, no, no. Yo tengo que tener siempre la burbujita que me diga cuántos emails tengo. Bueno, pues vale, pues tú sabrás lo que haces, pero esa burbujita coincidirá conmigo que tiene su interés. Si pone seis, si pone ocho, si pone doce, un día especialmente chungo. Si pone treinta, Dios mío, ¿qué ha pasado aquí? ¿Qué ha pasado aquí mientras desayunaba? Pero si pone diez mil ochocientos, ¿qué interés va a tener ese numerito? Absolutamente ninguno. Entonces estas circunstancias se dan. Se dan y hay que tener claro que esto no funciona así. El inbox de tu correo electrónico no es el sitio donde debe guardar tus correos. Como ya vimos en la sesión pasada, los inbox en general deben de ser revisados con periodicidad para dejarlos a cero. Y el inbox del correo electrónico no es una excepción. Así que te voy a dar algunas claves para conseguir el siguiente paso, que es el inbox cero. Se llama así, cero con zeta. Esto es lo que hay que perseguir, que nuestra bandeja de entrada esté vacía. Los correos que ya tengan leídos, respondidos, procesados en definitiva, no se pueden quedar en tu inbox. En tu inbox solo puede permanecer lo que está pendiente de procesar. Y una vez procesado, que tampoco tiene por qué significar respondido, le puede dar dos salidas. Una de ellas es guardarlo en una carpeta barra etiqueta, para los que usan Gmail, que esté relacionada, fíjate lo que te digo, con un proyecto concreto. Vamos a entender el proyecto en el sentido más amplio del mundo, no solo en el sentido de la productividad. Es decir, las carpetas barra etiquetas que vayas a usar deben corresponder con un sistema de ordenación que no tenga que ver con los metadatos del email. ¿Qué significa toda esta vaina? Que no vamos a crear una carpeta donde guardamos los correos con Mari Carmen. ¿Por qué? Porque ya podemos conseguir los correos con Mari Carmen haciendo una búsqueda. Todos los sistemas de correo electrónico tienen un sistema de búsqueda muy bueno, que te permite además hacer muchos campos. Entonces, si yo quiero ver todos mis emails con Mari Carmen, yo por ejemplo, la aplicación que yo uso, que ahora mismo no viene al caso, es From, dos puntos, y empiezo a escribir Mari Carmen. Y me salen todas las Mari Carmenes que hay. Elijo la que yo quiero y ahí tengo todos los emails con Mari Carmen. No necesito una carpeta para guardar los emails de Mari Carmen. Esto es así. Está muy claro. Entonces, insisto, ese sistema de carpetas tiene que ver con proyectos, con departamentos, con clientes en general, que no sea solo el email de un cliente, no de manolito.arroba.frucamusa.es. No, no. Tiene que ser cuando es un email de un cliente, ahí guardo los emails que tengo con todas las personas que trabajan en ese cliente o con todos los relacionados con ese proyecto. Emails, a lo mejor también con compañeros de trabajo. Ese es el tipo de carpeta que tiene sentido. Es decir, un sistema de ordenación y archivo que no se pueda sustituir con una búsqueda. Esa sería la primera opción. Y la segunda opción es olvidarnos de carpetas y etiquetas e historias y darle a archivar. Todos los sistemas de email tienen un botón de archivar, que no significa borrar, sino que significa desaparece del inbox. ¿Y dónde va, Dios mío? Pues va a un lugar que, dependiendo de tu correo electrónico, se va a llamar todo el correo, se va a llamar archivo, se va a llamar lo que sea. Entonces, tú, igual que tienes una bandeja o una carpeta que se llama inbox, tienes otra que se llama todo el correo. Le das ahí y tienes todos tus correos. Todos están ahí. No se han ido. Los has archivado y se han quedado ahí. Y tú ahí los puedes buscar a mano o, una vez más, puedes usar búsquedas para encontrarlo. Es decir, cuando lo archivas, lo que haces es quitártelo del inbox, no hacerlo desaparecer. ¿De acuerdo? Bueno, pues esto es una forma correcta de hacerlo. En mi caso, cuando yo usaba Gmail, yo era un furibundo usuario de etiquetas. Es decir, incluso tenía… unas mil reglas, bueno mil no, pero un montón de reglas para que los correos se autoetiquetaran de entrada automáticamente y que a mí me fuera más fácil al entrar al inbox y ver todos los correos nuevos, verlos por etiquetas e irme incluso directamente a una etiqueta en concreto a responder esos emails o a procesarlos a los que sea. Luego cuando dejé Gmail y me pasé a usar la cuenta de iCloud hice lo mismo pero con carpetas, ya no automáticamente porque lo bueno de las etiquetas de Gmail es que tú le puedes poner a un email varias etiquetas y el hecho de que le pongas una etiqueta no significa que deje de estar en el inbox, pero en el resto de sistemas del mundo que no son etiquetas sino carpetas, cuando tú metes un email en una carpeta deja de estar donde estaba antes, ¿vale? Entonces ya aquí sin reglas automáticas lo que se hice era pues tener un montón de carpetas, montones de carpetas de podcasting, no sé qué, de esta parte para la otra, pero hubo un momento en que dije ¿para qué? ¿vale? ¿para qué? Es cierto que esas carpetas cumplían con la función, con la regla perdón que he dicho antes, es decir que tenían un sistema jerárquico que no era sustituible para una búsqueda, pero una vez más ¿para qué? Y me deshice de ellas y entonces lo que hago es archivar. Es cierto, es cierto que en alguna ocasión la búsqueda me ha costado un poco más a la hora de encontrar determinados emails, pero no tanto como para que me replanteé mi existencia, porque el tema de las carpetas es que hay que mantenerlas, tienes que ser fiel a tu esquema y todo ese tipo de historias. Rocío, mi mujer, tiene en su cuenta de iCloud, que es su única cuenta de email, aparte de la universidad que usa levemente, tiene un árbol de carpetas espectacular. Ella es abogada, recuerdo, o sea, tiene una carpeta de cliente y dentro de ese cliente, en algunos casos, cada uno de los temas que le ha llevado el cliente, o sea, una cosa desproporcionada. También tiene algunas carpetas que no tienen sentido porque coinciden con búsquedas, por ejemplo, tiene una carpeta donde manda mis emails, una vez que ya los ha procesado. Cariño, no tiene sentido, luego los buscas. Pero a ella le gusta por un motivo, digamos, sentimental, porque puede hacer clic en la carpeta y de pronto ver todos los emails que nos hemos enviado, que algunos son vulgares y corrientes del día a día, o reenvíos de cosas, o no sé qué, no sé cuántas, pero hay otros que son de amor, y eso pues también es bonito, y a ella le gusta por ese motivo. Bueno, ya tenemos claro el inbox cero, pero vamos a hacer un repaso, aunque estamos en audio solo, vamos a hacer un repaso a mi inbox actual ahora mismo, de una de mis cuentas de correo. Yo te voy contando lo que tengo y te voy dando pistas sobre cómo trabajar con el email para conseguir un inbox cero. Este inbox, que yo ahora mismo te voy a describir, tiene emails nuevos que todavía ni sé que están ahí, ahora veréis lo que hay, y también hay otros emails que he puesto yo ahí, que los he rescatado del averno y los he sacado, los he puesto en el inbox con fines didácticos. Vamos a ver cómo sale esto en audio, esto en vídeo estaría muy bien, pero no creo que pase nada. Para empezar, tengo aquí un email de un oyente, Miguel, que me ha escrito esta mañana, en el momento en que yo grabo esto, para hablarme de los iPads con conexión celular, si tienen GPS, si no, si no sé qué, no sé cuántas. Entonces, él me ha escrito, yo le he contestado, él me ha vuelto a escribir y aquí ya no hay nada más que rascar. ¿Qué hace esto en mi bandeja de entrada si ya lo he leído? Pues esto tendría que ir archivado y ya está, le tendría que ir a archivar y desaparece mi bandeja de entrada. Otro email que tengo aquí, otro email tengo aquí de Juan Carlos, que es un señor de aquí de Murcia, que tiene un podcast y con el que he quedado para ir a su casa a grabar. Entonces, pues aquí esto es un intercambio de email que empezó hace mucho tiempo y que ahora se ha recrudecido porque la grabación es hoy, hoy viernes, esta tarde. Entonces, pues, ¿qué te parece a las 7? Y me dice, me parece estupendo, si necesitas la ubicación, ya está, mándamela, ya me ha dicho, joder, su dirección, aquí tienes mi teléfono, tal, tal, tal, tal. Vale, nos vemos. ¿Qué hace este email aquí? Este email no tendría que estar aquí. Yo este email, que ya lo he leído, lo tendría que haber archivado. ¿Por qué lo tengo aquí? Ah, es que como grabo con él esta tarde, pues por si llego por allí y entonces no encuentro la casa para tener su número de teléfono a mano. No, error. Cinco patas, cinco patitas en nuestro sistema productivo, cada una con su información. Tengo que crear un contacto de este tío y ponerle su teléfono. Ah, pero es que, fíjate qué nombre tiene, me lo invento, Juan Carlos Sánchez Martínez, que esto es imposible, ¿cómo voy a saber yo tal? Bueno, tú tienes que tener un sistema confiable, ¿vale? Este tío lo tienes que tener en tu carpeta de contactos, que se llama podcasting, por ejemplo, y en las notas tienes que poner esa información, que este es el tío con el que fui a grabar o con el que voy a grabar. Y luego es que en mi calendario yo tengo un evento de esta tarde que pone grabación con Juan Carlos Sánchez Martínez, creo que he dicho. Con lo cual, si yo estoy allí y no lo encuentro, ya en el evento me pone que es con fulano Sánchez Martínez. Me voy al contacto, fulano Sánchez Martínez, y lo llamo. Oye, que no te encuentro donde estás. Pero no me dejo el email en la bandeja de entrada, ¿vale? Venga, más cosas que tengo. Notificación. Oiga, a usted, caballero, se le ha cobrado el servidor de Mastodon. Visualizar factura. Pues botón a visualizar factura, descarga de la factura, guardar la factura donde la tenga que guardar, y seguimos con nuestra vida. No se queda aquí este email, ¿vale? Este email, digamos que está sin leer, con lo cual, de momento, no hay pecados aquí. Luego, Spark me agrupa automáticamente, porque además yo se lo he pedido que lo haga, porque podría decirle que no, todo lo que él considera newsletter. Venga, voy a entrar aquí a ver qué es lo que hay. Pues mira, tengo dos emails de hoy mismo de Vía Podcast. No sé por qué han enviado dos ediciones que están sin leer, evidentemente. ¿Qué ocurre con estos emails de Vía Podcast? Son cortos. Esto no es para leérselo después. Esto es para pincharlo, leérselo y procesarlo. Pero es que, aparte, tengo dos de Pod News, ¿vale? También otra newsletter sin leer, pero marcado, como visto, del 8 de mayo, otro de Vía Podcast del 8 de mayo y lo mismo del día 6. Es decir, tengo solo dos newsletters, Vía Podcast, Pod News, Vía Podcast, Pod News, marcado como leído, sin leer, de los últimos tres días. Bueno, a priori no pasa nada. No vamos a suicidar, ¿vale? Y tampoco es una cuestión de, voy a tomar acción urgente sobre esto. No pasa nada porque tengas newsletters de dos o tres días sin leer. Eso no es ningún pecado. Pero tengo aquí, aunque no está archivado como newsletter, pero lo es, tengo aquí dos newsletters de enero, de Víctor, del Club Escribe Pro. ¿Por qué está esto aquí? Está esto aquí porque lo he puesto yo, ¿vale? Pero, ¡ay no! Lo normal sería, ¡ay, sí es que esta no me la he leído, pero es que tiene una cosa que yo quería ver y tal, porque hace aquí un comentario sobre LinkedIn y aquí también que me interesa mucho lo que ponía esta newsletter, pero es que no he tenido tiempo. Es de enero. ¿Qué hace esto en el buzón de entrada? ¿Tú esto te lo quieres leer más despacio? Muy magnífico. Mándalo a tu aplicación de tareas. Coge el enlace al email o como demonios lo tengas que hacer o como demonios funcione tu sistema y lo mandas a tu aplicación de tareas. Y ahí ya que luche con el resto de tareas para hacerlo en algún momento. Pero no se queda aquí. Ah, es que entonces ¿cómo lo voy a encontrar luego? Pues bueno, si puedes enlazar directamente el email con tu sistema de tareas, ahí habrá un enlace que te abrirá directamente este email, lo puedes archivar, te lo va a abrir desde donde esté y si no tienes ese sistema, pues escribes a mano email de Víctor en la cuenta fulanita del día tal y ya está. Y te lo quitas de en medio. No está en el inbox. Esto es una tarea, con lo cual te lo tienes que llevar a tareas. Allí lo ubicas como puedas o como sepas, pero te lo quitas de la bandeja de entrada. Y luego, factura de su servicio de contabilidad de factura directa, también del 8 de mayo. Pues este PDF tiene que ir fuera de aquí, guardado a la carpeta, facturas para contabilizar o lo que sea y este email borrado, archivado o como proceda. Y ya tienes el inbox cero. Ya tienes el inbox cero. Claro, esto está muy bien porque yo te acabo de leer ahora medio docena de emails, pero dirás tú, pero es que yo lo que tengo es un monstruo. Pues a los monstruos hay que atacarles con dureza. Lo que tienes que hacer es directamente coger todos los emails. Depende del agresivo que quieras ser, pero yo te diría, del 30 de abril hacia atrás, todos esos, todos archivados. Venga, del 15. Del 15 de abril para atrás, todos archivados. Y emails que hayas recibido del 15 para adelante, en una sentada, los procesas. Y ahí empieza tu vida. Pero es que lo del 15 de abril y si algo importante, si hubiera algo importante, ya te habrían comido por los pies. Los archivas, fíjate, no te digo que los borres. No te digo que te tomes el trabajo de ver qué. No, no, no, no. Seleccionar todo, archivar, marcar como leído y me los quito de en medio. Insisto, si hay algo urgente del 15 de abril aquí, ya habrían muerto. Y los que te quedas, del 15 en adelante, en una sentada, como un niño o una niña mayor, los procesas todos como te acabo de explicar. Y empieza tu nueva vida. Y así, ¿vale? Quiero decir, ante grandes problemas, grandes medidas. Esto es lo que hay que hacer para conseguir y mantener el inbox cero. Que el inbox cero no es cada día. Es decir, el inbox cero es un estado que fluye. Yo tengo inbox cero, aunque ahora mismo te acabo de decir que tengo aquí una newsletter del 6 y del 8 de mayo, pero esto es inbox cero. Simplemente tengo que tener la oportunidad de hacerlo. Y grave problema, las que eran de enero, ¿vale? Eso sí estaba muy mal. Las he puesto aquí, insisto, por efectos didácticos, no para explicarte. Pero yo ahora mismo considero que tengo inbox cero. ¿Por qué? Porque este buzón está a un pescozón de quedarse a cero. Para dejar esto a cero, yo no le tengo que dedicar más de cinco minutos. No se lo les he dedicado porque esta semana, el trabajo, no sé qué. Y tengo otros buzones que están a cero. ¿Vale? Tengo otros buzones que efectivamente están a cero y otros que no y otros que sí. Y ya está. Pero todos fluyen siempre hacia el inbox cero y cada dos o tres días llega un momento en el que están a cero. ¡Madre mía! Pues sí. Pero es que aquí hemos venido a jugar, evidentemente. Se trata de esto. Hasta ahora todo lo que te he dicho es, digamos, contenido teórico sobre el correo electrónico que puedes aplicar independientemente de tu plataforma o de la aplicación de correo electrónico que estés usando. Pero las elecciones que hagas a este respecto sobre aplicaciones y sobre plataformas pueden cambiar mucho tu forma de trabajar. El correo electrónico convencional es un correo electrónico basado en tecnología IMAP. Esto ahora no tiene mucho sentido, pero en su momento tú elegías si querías IMAP o POP3. Cuando usabas POP3, significaba que cada vez que te conectabas al correo electrónico, los mensajes se descargaban del servidor a tu dispositivo. Con lo cual, si tenías dos ordenadores y te había descargado el correo en el primer ordenador, en el segundo ya no estaba. Esto evidentemente se ha trascendido todo esto y ahora todas las cuentas son IMAP, lo cual significa que los emails están siempre en el servidor y que tú puedes tener confiado tu email en 35 dispositivos que siempre que accedas te lo vas a encontrar en su estado actual. Por lo general una cuenta IMAP pues es una cuenta correo electrónico con su funciones básicas. No tiene ninguna cosa mágica añadida y las cosas mágicas añadidas que puedas tener dependen de la aplicación de correo que uses. Sin embargo, tenemos algunos proveedores que si dan cosas adicionales. Por ejemplo Gmail, que no es un proveedor IMAP normal, te permite hacer varias cosas. Yo creo que casi todo el mundo va a tener una cuenta de Gmail y ya sabes lo que puede hacer Gmail. Ya he dicho lo de las etiquetas, un montón de hechizos que puedes hacer y lo mismo pasa con las cuentas de Microsoft, con las cuentas de Outlook, Microsoft 365, que también son cuentas IMAP pero que te permiten hacer cosas adicionales. Para poder hacer esas cosas adicionales tienes que usar tu cuenta de correo de Gmail o de Microsoft directamente en su página web o con sus propias aplicaciones. Si tú configuras Gmail en Mail para Mac o en Outlook por ejemplo, se convierte en una cuenta IMAP normal y lo mismo pasa si usas la cuenta de Microsoft y la configuras no ya en Outlook, que es su casa, sino que la configuras en Mail para Mac o en otra aplicación de correo como Spark. Bueno, pues ese plus que pueda tener la cuenta de correo de Microsoft desaparece y se comporta como una cuenta IMAP normal. Yo para mi correo uso FastMail que es un proveedor IMAP privado, maravilloso, estupendo y que tiene ciertas vitaminas. Una vez más, si yo quisiera usar todas esas vitaminas tendría que usar su web o sus aplicaciones que no dejan de ser la web ahí metida un poco a pescozones. Pero que es lo que ocurre, las cosas vitaminadas de FastMail que están muy bien y están muy chulas, no son nada que yo no pueda conseguir usando mi aplicación de correo favorito que es Spark, que está para Mac y para Windows. Ya se ha hablado mucho de Spark aquí en Weekly, pero simplemente te detallo algunas cosas que me parecen interesantes. La primera, genera una URL por cada correo electrónico recibido. Esas URLs pueden ser internas en el Mac, no sé si esto funciona en Windows, yo creo que no. Es decir, es una URL tipo reader-spark.com que permite que en tu propio Mac se abra la aplicación y se abra el correo. O también son direcciones URL públicas que tú puedes compartir con quien sea y en su navegador web se le va a abrir ese email. Para conseguir esto, pues la privacidad al carajo. Tú has afirmado al principio de usar Spark que confías en Spark y que Spark coge todos sus correos, los replica en su servidor y ahí los pone. Pues ya está. Si esto no te importa, pues tiras para adelante. Si esto te parece una barbaridad, pues se acabó. No hay nada más que hablar. Luego, en su versión de pago, Spark tiene vinculación con un montón de servicios externos. Es decir, tú puedes coger un correo que te acaba de llegar y mandar ese correo. No reenviar ese correo, sino que hacer que ese correo electrónico aparezca como un ítem en un montón de aplicaciones que no son de correo electrónico, sino que tú puedes configurar en función de las que uses más o menos. Estas integraciones, ¿cuáles son? Pues son OmniFocus, Asana, Agenda, Beer, Evernote, MeisterTask, Recordatorio de Apple, OneNote, Things, ToDo, TicTic, Todoist y Trello. Algunas de ellas son aplicaciones exclusivas para Mac. Hay otras que son universales. Y esto, como digo, está en la versión de pago de Spark. Y luego hay otra cosa que me parece vital en un entorno de trabajo. Y es que Spark, gracias a que se chupa todos tus correos y se los mete en su servidor y que te los trajina, te permite programar el envío de emails. Y esto es maravilloso. ¿Por qué? Porque en muchas ocasiones en el trabajo, hay veces que la cuestión está, digamos, la pelota dónde está, en el tejado de quién está. Entonces tú recibes un email por lo que sea. Tú puedes responder ese email ya, pero no quieres responder ya. Porque si respondes ya, la otra persona te va a responder inmediatamente y te vas a tragar todo el marrón. Entonces, ¿qué es lo que haces? Escribes la respuesta y la programas. Y como Spark se ha comido todo tu correo electrónico y lo tiene trajimaniatado en sus servidores, tú puedes cerrar Spark, puedes cerrar el ordenador, lo puedes lanzar al río, que ese email se va a mandar a la hora adecuada, en el momento adecuado. Se va a quedar ahí y se va a enviar sin necesidad de ninguna historia más. Y eso es interesante. Yo programa un montón de emails de trabajo para que se manden a las 15.05. A las 15.05, yo estoy trabajando todavía, puedo estarlo, mi horario de trabajo es hasta las 3. Y a las 15.05, nadie va a estar ahí para responderme. Y si está, yo ya me he ido. Tres cuartos de lo mismo ocurre cuando tú estás respondiendo emails en horarios extraños. Puede que tú no quieras que la persona a la que le quieres responder ya sepa que tú estás a las 2 de la mañana viendo el correo electrónico. ¿Por qué te has desvelado? ¿Por qué estás dándote al crío? ¿Por qué estás dándole biberón al crío? ¿Por qué te da la gana? Yo qué sé. Pero entiendes que a las 2 tú no te apetece que la persona vea que le has enviado un email a las 2 de la mañana. Pues tú lo escribes a las 2 de la mañana y lo programas para que se mande a una hora decente. Yo durante el fin de semana escribo muchos emails, no de trabajo, es decir, no de la oficina, pero que como son cuestiones profesionales para las personas a las que le estoy enviando, yo no quiero que a nadie le llegue un email profesional un domingo. Yo lo programo para el lunes a las 8 y ya está. Y esto para mí me parece vital. Y también aclara algunos conceptos. Mi mujer, por ejemplo, se enfada mucho cuando recibe emails de alumnos o de lo que sea un domingo por la noche. Y yo siempre digo lo mismo. El problema no es del alumno. El alumno te puede escribir cuando le dé la gana. El problema es tuyo que están mirando el email un domingo por la noche o que no tienes desactivadas las notificaciones. Entonces cuanto antes todos entendamos que el email es asíncrono, pues mejor nos va a ir. Y aún así, aún con todo y con eso, para mí poder programar el envío de emails es vital. En Mail para Mac puedes programar el envío de emails desde cualquier cuenta que tengas configurada en esa aplicación, pero el ordenador tiene que estar encendido y la aplicación tiene que estar abierta. Lo cual es como el que tiene un tingrana. Quiero decir, para ese viaje no necesito alforjas. Yo necesito un envío que sea completamente desasistido. Que yo pueda hacer en cualquier momento. Que no necesite dejar el ordenador encendido. Yo quiero poder apagar mi ordenador. Entonces en ese sentido digamos que hay un atajo y hacer esa programación no desde el Mac, sino desde el iPhone. Porque claro, tú el Mac lo vas a tener apagado, pero el iPhone sí va a estar abierto. Entonces bueno, pues ahí digamos de esa forma pues sí podría actuar como sería lo ideal. No necesito que nada esté online, que nada esté conectado. En el iPhone o en el iPad el efecto va a ser el mismo. O sea, no vale con que lo programes en el Mac y luego quieras que se mande desde el iPad o desde el iPhone. Tienes que hacerlo en el iPad o en el iPhone. Y entonces pues sí, tienes un funcionamiento más o menos análogo. Y luego tendríamos Outlook, que este si lo hace bien, porque te permite programar el email y apagar y irte a tu casa, pero sólo con cuentas de Microsoft. Si tú configuras en Outlook una cuenta que no sea de Microsoft, esta funcionalidad no va a arrular. Bueno, pues aquí ves unos cuantos trucos, unas cuantas historias y muchas combinaciones en función de qué plataforma uso y de qué aplicación uso para leer ese correo, si es web, si no. Hay distintas combinaciones que nos pueden llevar a escenarios más o menos productivos, más o menos adecuados para nuestras necesidades e intereses. Y vamos con la despedida, porque esto ha sido todo en este duodocentésimo nonagésimo sexto capítulo de Weekly. Espero que todo lo que te he contado te haya resultado interesante y aguardo con ilusión tus comentarios en nuestra comunidad de Discord. ¡Hasta la semana que viene!