Esta expresión, que voy a registrar, porque se me ocurrió el otro día en horas de trabajo, en relación a un asunto que estábamos abordando, es la constatación de una realidad. El racismo tiene su altavoz en medios o pseudomedios, pero nace en nuestras calles. Y no ocurre entre las personas adineradas, que pueden aprovecharlo en sus iniciativas políticas. Sino en barrios de alta densidad, donde las personas más humildes, de los barrios más poblados, conviven con un fenómeno que no es suficientemente atendido por las administraciones.