Se suele imaginar a la primavera como un momento para el amor. No se por qué. ¡Donde esté el verano! Pero más allás del aumento de la luz (nuevamente este finde nos van a castigar acortando nuestras horas de sueño pasándonos a una de nuestras lacras: el horario de verano y esos días eternos hasta las 11 de la noche, que no hay manera de encontrar oscuridad para una buena hoguera de San Juan.)
¿Cómo nos puede afectar de verdad la primavera? A esto trato de responder en este capítulo de BEX.