Bienvenidos al mundo de la literatura y los cómics.
Lleva publicándose desde 1994 de manera ininterrumpida, totalizando más de 100 tomos de formato tankobon (tomos muy populares en Japón, que recopilan más de 200 páginas de una colección de manga), más de 1.000 episodios en su serie de anime y casi una treintena de largometrajes estrenados en cine. Es Detective Conan, el detective infantil y juvenil más popular en el país del Sol Naciente.
Su autor, Gosho Aoyama, rinde un tierno y a la vez nada sencillo homenaje a la clásica literatura de crímenes y detectives, un habitual «whudunnit» (¿quién lo hizo?») que desafía el ingenio y la habilidad del lector (y del espectador). Lo más curioso es el origen del nombre del personaje. Y es que Shinichi Kudo, el detective juvenil más famoso de Japón sufre una transformación como consecuencia de la inoculación de una sustancia con la que quieren matarle, y el resultado es que su cuerpo adquiere el aspecto de un niño de 7 años, dentro del cual está su poderoso e inquieto intelecto, con sus habilidades deductivas intactas.
A partir de ese momento se dedicará a ocultar su identidad (para que quienes intentaron acabar con su vida crean que lo consiguieron), integrarse con nuevos amigos en el colegio pero seguir en contacto con su amada Ran Mouri y ayudar al padre de esta, Kogoro Mouri, un detective privado bastante torpe, a resolver infinidad de misterios y crímenes.
Por último (y para esto ya tenéis que escuchar el podcast), hay un misterio literario y detectivesco detrás del origen del nombre bajo que el Shinichi Kudo oculta su identidad, el nombre que le da al niño en que se ha convertido: Conan Edogawa.
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