Sin caer en el conspiracionismo, las leyes, nuestro ordenamiento jurídico, tiene difícil per se descubrir nada realmente novedoso o impactante. Cuando el Tribunal de Cuentas analiza las cuentas de un partido, nadie le entrega la contabilidad B. Cuando los secretos oficiales se desvelan por ley, ningún secreto realmente relevante se encuentra en esos archivos esperando ser conocido. Las cosas no funcionan así.