El mes de agosto de 2025 ha marcado un hito devastador en la historia reciente de los incendios forestales en España, con cifras de hectáreas quemadas que superan significativamente años previos considerados críticos. Esta escalada no representa un evento aislado, sino la convergencia de múltiples factores interrelacionados: el recrudecimiento del cambio climático, la persistente infrafinanciación y deficiencias en la gestión de la prevención forestal, y el abandono del medio rural que propicia la acumulación de biomasa combustible. La emergencia de los «incendios de sexta generación», incontrolables con los medios convencionales, subraya la urgencia de una reevaluación estratégica.