Cinco años del speech de Pedro Sánchez (el otro), diciéndonos lo del estado de alarma y cayando muchas otras cosas que aún no estábamos preparados para saber (o sí, nunca lo sabremos). Cinco años del anuncio de que nos encerrábamos «para quince días». Paz a los que se fueron y reflexión para lo que quedamos. Una reflexión muy «the leftovers».
Diecisiete años del asesinato de Isaias Carrasco
Se cumplieron el pasado viernes. Lo asesinaron el día de mi cuarenta cumpleaños. No por ser exconcejal del PSE-EE (PSOE), sino por ser amigo personal de Jesús Egiguren, quien con el desdén de Rubalcaba y Zapatero y la ayuda de Arnaldo Otegi, intentó fuertemente que la tregua de ETA acabara con la violencia terrorista. No lo puedo conseguir porque el ala dura de ETA, con Javier López Peña (Thierry), vecino de mi pueblo, apartó a Josu Ternera y empezó a pedir lo que Egiguren nunca les iba a entregar. Lo amenazó y esa amenaza se transformó en aquel criminal atentado.
El gobierno Trump es «The office»
Cada vez lo veía de una forma más evidente y la lectura de un interesante artículo en el edición estadounidense de Vanity Fair no me ha dejado dudas. La misoginia, la chabacanería, la falta de saber estar, la ridiculez y la vergüenza ajena que caracterizan a Michael Scott, de la oficina de Scrantton de la serie de Ricky Gervais. Vergüencita ajena.
¡Ojo con las cuentas inactivas o abandonadas!
Desde quedarte en números rojos sin saberlo a que el Estado se quede el contenido de una cuenta bancaria de tu propiedad. Consecuencias de que te olvides o dejes de intervenir en una cuenta bancaria a tu nombre.
México, Paquita la del Barrio, Trump y el café
Tenía ganas, precisamente esta semana de aranceles trumpistas, de conocer cómo se respiraba en México este agresivo ambiente que reina en la nueva administración estadounidense de Mr. Carrot. Al final a todo eso le le añadimos el comentario de Fede Andrade, familiar político de la maravillosa Paquita la del Barrio, sobre el fallecimiento de la excelsa cantante mexicana de rancheras «antimachos» y una inesperada sorpresa cafetera.