Pedro María Sánchez Amado

Illa es hoy un autoantónimo catalán. Un término que significa una cosa y la contraria a la vez. Una antífrasis, lo que según la Fundeu es una figura retórica por la que “se designan personas o cosas con voces que significan lo contrario de lo que se debiera decir». Hoy Illa, Salvador Illa, político favorini mío de los últimos tiempos, desde los oscuros tiempos del Covid, allá en 2020, ministro entonces de sanidad y candidato socialista por segunda vez a presidir la Generalitat de Catalunya, es la demostración, para contrariarme en los pocos argumentos anti Sánchez que suelo utilizar, que la amnistía merecía la pena, que el camino a la reconciliación no rompe España, sino que la cohesiona. Que en Catalunya hoy tienen argumentos para entenderse y tratar de crear un escenario de respeto a los sentimientos diversos que alberga en su interior. Hoy Illa se ha transmutado en un continente entero. Para la ciudadanía catalana y para su jefe de Ferraz.

A propuesta de la nueva colaboradora, Marta, el título es muy elocuente. Basta ya de que todo tenga que servir para algo.

Octopus, con su agresiva campaña de captación de nuevos clientes de energía eléctrica en España y con sus magníficas tarifas y su regalo de 50€ de bienvenida, da una vuelta de tuerca más y ofrece ahora un premio de 200 euros a quienes más clientes nuevos capten en mayo. Como habéis seguido como locos/as dándoos de alta en Octopus, al parecer estamos en el top 5 para obtener ese premio. Si lo conseguimos, lo sorteamos. Puede ser tuyo. Puedes darte de alta en Octopus y en la comunidad de Bala Extra para participar: https://share.octopusenergy.es/reed-shale-446

Literal. Que vuestra/o peque memorice el número de mamá o papá puede sacarnos de algún susto. Así le ocurrió a una niña burgalesa el día de la celebración de la Copa del rey en Bilbao.

Dos intentos en un lapso de cuatro años y el Sabadell vuelve a dar calabazas al BBVA para convertirse juntos en el segundo banco español (empatando con Santander). Parecen condenados a entenderse, pero Sabadell vuelve a decir que la dote es pequeña en ese hipotético matrimonio. Pero, ¿uy si hubiera salido adelante, cómo hubiéremos quedado los clientes de banca en España?