Pedro María Sánchez Amado

Ayer se celebraron las elecciones en Euskadi, de las que tomé parte, como siempre (yo siempre voto). Aunque hoy es lunes de consumo, espero que te parezca bien que te ofrezca una visión personal e intransferible del resultado.

Como si fuera uno a pedir un café en el país del café (Colombia, claro), el episodio nos salió largo y hablamos de todo. Más que nunca, de todo. Que lo disfruten ustedes como @LocutorCo y yo lo disfrutamos.

Relativismo moral, un termino secuestrado a los reservistas morales de occidente, gente como el obispo Munilla. Lo tomo hoy para reflexionar sobre esos factotums de nuestra reciente historia política que, desde sus pies de barro, se permiten salir a la palestra para abroncarnos por cómo hacemos o hacen las cosas quienes ahora votamos o quienes ahora recogen esos votos y ejercen el poder. Y ellos, con sus armarios llenos de cadáveres, metafóricos o reales.

Faltan un par de días de campaña electoral. Si miramos las encuestas y mis propias impresiones como ciudadano, un escenario posible es que PNV y PSE pierdan su mayoría absoluta conjunta, quedando por debajo de los 38 escañor que son la mitad más uno de los 75 que tiene el Parlamento Vasco. Esto, junto a un enorme ascenso de EH Bildu que, probablemente, le permitan ganar las elecciones en votos y escaños, dejaría a la dupla PNV-PSE en manos del apoyo de Partido Popular. El escenario que el PP espera y desea. Euskadi necesita cambio, las opciones para ello son pocas. Parece solo un escalón de cuatro años, antes de que el cambio sea posible de verdad.

Tesla me sorprendía el viernes pasado con un aviso de subida del precio de la recarga en su red de supercargadores para el pasado sábado 13 de abril. Y lo hace en el contexto del aumento de uso de su red, el colapso, aislado pero lamentable en algún cargador de la red entre Madrid y Valencia con motivo de la Semana Santa.

En el mismo correo, Tesla mencionaba la suscripción, que ya existía, para usar su red de supercargadores si no dispones de un Tesla y quieres pagar un precio más barato, ya que la empresa automovilística estadounidense cobra más a los vehículos que no son Tesla, salvo que se suscriban.