Los científicos dependemos de las publicaciones, y mucho. Pero el proceso por el que pasamos para ver nuestros artículos publicados es algo que normalmente no contamos… así que a eso vengo, a contar lo que hay que hacer, lo que hay que pagar, y por qué pasamos por eso. También vamos a hablar de cómo se mide la supuesta calidad de los artículos, y de mi visión personal, de cómo podemos aportar nuestro granito de arena para un sistema mejor. No es un mundo ideal, pero hay que conocerlo.
No nos importa quién la tiene más larga o lo tiene más grande, pero ay… cuánto soñamos todos con los NSC… algún día, algún día.
Este es el post que me animó a elegir el tema.
Andoni dice
Interesante episodio. Deja bien claro cosas que se nos escapan a quienes no estamos dentro de ese circuito. Recomendable.
Mickimo dice
Hola Carmela, como si no fuera suficiente con el trabajo diario, como para que encima tengáis que demostrar vuestros avances en este juego de rol de las publicaciones. Gracias por una nueva entrega.
Me gustaría consultarte sobre este tipo de descubrimientos, o inventos en los que estás metida. No se como catalogarlo. ¿Sois en algún modo «dueños» de la ciencia que creáis?. ¿Dónde termina la ciencia básica de acceso público y comienza la propiedad privada y las patentes?. ¿Depende exclusivamente de dónde provenga la financiación de los estudios?. Te pongo como ejemplo el revuelo que se ha formado alrededor de los carísimos antivirales para tratar la Hepatitis C. En concreto, de que la empresa que está comercializando el Sovaldi se ha aprovechado de estudios financiados públicamente, para después patentar el producto y especular con su precio al más puro estilo Mr. Burns.
Un cordial saludo y gracias de nuevo por tus episodios.
Miguel Angel.
Carmela García dice
No somos dueños de nada. A ver… si descubres algo, puedes patentarlo. Cada institución tiene normas distintas, y en el mejor de los casos, si la patente da dinero, se divide en un tercio para la institución, un tercio para el departamento o centro, y el restante a dividir entre los autores de la patente. Lo que se publica, gráficas y demás, es propiedad de la revista, pero tú puedes hacer otras gráficas con esos resultados, y otros investigadores igual. Si publicas algo y no lo has patentado, obviamente lo puede usar todo el mundo, incluidas las empresas.
Los precios… a ver, cuando se fija el coste de un medicamento no hay que pensar solo en la producción, también en todo lo que se ha investigado antes. Es habitual que las farmacéuticas se basen en investigación básica realizada por otros, igual que nosotros nos basamos en cosas de otros. Aunque también hay que decir que mucho lo hacen desde cero, probando a ciegas. Aunque tengan un indicio de otro trabajo, todavía hay que mejorar la molécula, hacer varios ensayos clínicos, etc etc, y eso cuesta mucho dinero. Si se van a vender pocas unidades, el precio va a ser muy alto para compensar. Por absurdo que parezca, lo que más dinero da en estos momentos son los medicamentos más comunes, genéricos, de los que se saca casi nada por pastilla pero que se venden muchísimas.
Ese caso en particular me parece un exceso, se les ha ido la mano con los costes, pero por otra parte, si casi no tenemos instituciones públicas que hagan esas cosas… ¿esperamos que una empresa lo haga por amor a la vida? Es lógico esperar que protejan sus inventos con patentes y que intenten compensar los gastos… ¿no?
Valentín Iglesias dice
Publish or perish. Genial episodio (me estoy poniendo al día) de un genial podcast. Ilustra perfectamente nuestro conflicto con revistas, índices y cómo influyen en nuestra carrera.
¡Enhorabuena!
Carmela García dice
Muchas gracias Valentín! Si yo insisto en que el trabajo del que estoy más orgullosa no es el que he publicado más alto, es el que realmente me gustó más hacer, y que yo creo que es mejor. Ojalá pudiésemos olvidarnos del dicho índice de impacto…