Como bien reza nuestro himno, «si el camino se hace duro, saboreas la victoria». La salvedad es que la victoria no está ni se le espera. Unos jugadores incapacitados para el ejercicio del deporte rey, dirigidos por un entrenador que no ve la importancia que tienen los encuentros y comandados por un director deportivo incapaz de diseñar un equipo capaz de dar dos pases. Situación caótica en nuestro club que ha mermado a la inquebrantable afición grana y que ve el hundimiento del club de sus amores.