En el septingentésimo septuagésimo tercer episodio os cuento mi crónica de la maratón, aunque ya os adelanto que no salió lo entrenado pero lo que más me fastidia no es eso, ni haberme quedado sin vino durante la jarana de los días de antes, sino el no saber en qué fallé para darme contra el muro en el kilómetro 26. No hay que darle muchas vueltas más, esto es la maratón, seguiremos entrenando con la misma fuerza de antes para seguir mejorando y ya nos volveremos a ver las caras el tío Filípides y yo.