Tenía que aprovechar un día como hoy para hablar del Apóstol Santiago. Pero… ¿de qué hablo? ¿de la datación de sus supuestos restos? ¿O será que hablo de nuestra percepción de las cosas? Pues resulta que la datación es una excusa como otra cualquiera para recordar que las personas, todas, tenemos sesgos. Y por cierto, aprovecho estas notas para dejar la reflexión final: ¿importa realmente de quién son esos huesos a estas alturas de la vida? Si no importó haberlos perdido, quizá es mejor mantener la fantasía y dejar las cosas como están, centrándonos en datar cosas que sí nos importan.
Entre capítulo y capítulo de Bacteriófagos os podéis mantener al día en cgdoval.es donde también encontraréis diferentes formas de apoyar a esta podcaster.