Hoy quiero hablaros de un concepto que llevamos años escuchando en el mundo del running y que a mí, estos días, me chirría un poco: la supercompensación. Esa idea mágica de que entrenas, te esfuerzas, corres una maratón, descansas un poco… y de repente, cuando vuelves a correr, vuelas.
El concepto teórico lo conocemos todos: estímulo, fatiga, descanso, adaptación y mejora. La realidad es bastante menos mágica: en el corredor popular, con trabajo, familia, poco sueño y estrés diario, la supercompensación perfecta casi nunca existe. Lo que existe es adaptación progresiva, constancia y no liarla demasiado durante todo ese tiempo.
Descansar es clave, sí. Entrenar duro también. Pero pensar que por hacer dos días malos y uno bueno vas a pegar un salto brutal… normalmente acaba en frustración o lesión. No mejoras por arte de magia: mejoras porque entrenas de forma más o menos coherente durante meses.
Así que, duerme mejor, come decente, entrena acorde a tu vida real y deja de buscar picos mágicos, porque la supercompensación, tal y como se vende en Instagram… yo, sinceramente, no me la creo… pero si has corrido una maratón últimamente y de repente tu ritmo en z2 ha mejorado en minuto y medio, pásate por nuestro grupo de Telegram en https://t.me/corriendoany y nos cuentas cómo te has convertido en el Súper Saiyan de los runners.
