Órbita grana

Elda, que sin estar de fiestas patronales, tiene algo que celebrar y es que tras 49 años de no ver al Real Murcia, lo primero que el club pimentonero le brinda ha sido un triunfo fuera de su feudo. Y es que si, el Real Murcia ha sufrido su primera derrota de la temporada en casa. Ha sido contra un Eldense pobre, flojo y sin mimbres de ganar a nadie fuera de casa, pero que a base de intentarlo tan sólo un poco lo ha conseguido en el Enrique Roca.

El Real Murcia ha hecho hincar la rodilla al líder de nuestra tabla clasificatoria, que además, hasta ese partido estaba invicto. Un Real Murcia flojo en general que ha sabido oler sangre y morder cuando más falta ha hecho. Un resultado que nos aúpa en la clasificación y vuelve a meternos en la lucha.

El Real Murcia está teniendo sequía de resultados, y esta era la jornada idónea para revertir la situación. Lo que ha sucedido se aleja de esto y es que el equipo ha empatado en casa contra El Ejido. Un partido en el que los jugadores han explicado perfectamente el motivo por el cual se encuentran en media tabla. La directiva parece dispuesta a reaccionar de cara al mercado de invierno para poder reforzar un equipo que ha bajado los brazos.

Contundente y sin rodeos. En la jornada 8 de Segunda RFEF el Real Murcia ha salido del grupo de equipos que podrían optar a ascender a Primera RFEF, y es que fruto de un juego pobre, sin alma y sin jugadores que le pongan ganas, solo hemos empatado fuera de casa contra el filial del Levante. La victoria fuera de casa se resiste, pero al menos y tras más de 300 minutos, hemos podido ver un gol lejos de la capital del Rio Segura. Los ánimos están por los suelos y la afición empieza a impacientarse.

Un Real Murcia que estaba siendo resultadista en casa ha patinado contra un equipo de perfil bajo, consiguiendo un empate que no da apoyo a nuestro objetivo de quedar lo más arriba posible. Se ha roto nuestra trayectoria intachable en casa. Además, el club ha homenajeado a los sanitarios que han estado prestando sus servicios contra la COVID-19 en el estadio Enrique Roca.

El partido que ayer nos enfrentó al Socuéllamos es uno de esos en los que no sabrías decir quien fue merecedor de la victoria, que quizás un empate es lo justo, salvo por el pequeño detalle de que un señor vestido de negro decidió anular tres goles a un mismo equipo. Un juego dominado por un equipo diferente en cada una de las partes del mismo en el que la efectividad de un equipo se vio penalizada.
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