Generalizando mucho, si una familia me dice que no puede ahorrar, casi siempre le creo. Pero cuando rascas un poco, cuando miras cómo entra y sale el dinero, descubres que el problema no suele ser lo que ganan… sino cómo está organizado.
Hoy no vengo a hablar de sacrificios, ni de apretarse el cinturón, ni de vivir peor. Hoy quiero hablar de orden, de estructura y de una idea muy sencilla que, bien aplicada, permite a muchas familias ahorrar entre un 10 % y un 15 % sin apenas notarlo.
Tres cuentas. Tres funciones distintas. Un sistema que protege, da tranquilidad y devuelve el control
